Charla de Diego Moscato


Sobre la técnica, artistas, colegas que influyen en tu trabajo.
Principalmente me interesa generar climas en las ilustraciones; la mancha y el garabato me dan espacio para descubrir algo que, en principio, no sé bien qué es, cómo es. Creo que el ambiente es el que desarrolla al personaje, por eso empiezo por los escenarios, buscando atmósferas y, desde ahí, ver qué más puede salir. A la hora de bocetar, busco materiales que me dejen hacer esa búsqueda.

¿Por qué elegiste esta técnica en particular?
Me gusta mucho la acuarela por esa parte inmanejable que tiene; combinada con una línea más bien suelta, me parece que funciona. El pastel es otra técnica muy atractiva, por eso de pensar en general y no distraerme con los detalles.

¿Qué artistas admirás y sentís que te influyeron? ¿Qué es lo que te identifica?
En cuanto a los artistas, siento gran admiración por la pintura en general y por los impresionistas en particular. Me gusta mucho el paisajismo (de ahí creo que nace la idea de los climas) tanto el campestre como el urbano y voy a esas fuentes como primera medida. Los pasteles de Degas y las obras de William Turner y John Singer Sargent son claros ejemplos de lo que hablo.
Mi línea es más bien clásica y veo a artistas como Georges Beuville, Grabiansky, Dulac, Francoise Roca, De Crecy, Carcamo, Lisbet Zwerguer, Nine, Sanabria, Roux....
Últimamente estuve conociendo el trabajo de Charly Harper, Jon Klassen y Tadahiro Uesugui porque me interesa el uso del plano como otra forma de contar.
Influencias hay muchas y eso es lo que me motiva de todo esto, como puedo tomar de cada uno un poquito y sumarlo a mi línea, experimentar, a veces bien, a veces mal pero estar en movimiento. Reconozco que el generar climas es algo que vengo manteniendo hace un tiempo.


¿Nos contás algo de la cocina de tu trabajo?

Trato de mantener un orden estricto para encarar un libro: con el tiempo me fui dando cuenta de que el bocetado es la parte más importante y a la que hay que dedicarle el mayor tiempo posible; por más que uno se sienta con ganas de pintar, primero, el boceto.
Es muy común que ese primer boceto no sea el definitivo, pero es importante para sentir que uno avanza, armar una pequeña grilla con las páginas, la distribución de los textos y una primera composición; hace que uno tenga material para pulir y vea cómo quedaría el libro completo en miniatura.
Después viene el otro problema, al menos para mí, de colorear, buscar una mejor calidad gráfica en cada trabajo y es ahí donde vuelvo a los pintores.
Los originales quedan en casa.
¿Qué balance hacés de la charla con tus colegas?

Sí, a mí me gustó mucho poder mostrar mi trabajo, con todo lo que eso implica, y sentí una buena respuesta de los que estuvieron en la charla, una buena devolución.
El hecho de hacer un repaso de los últimos años y ver cómo se fue transformando en los dibujos es importante, interesante y muy agradable de poder compartir.


¡Pasen y vean!